lunes, 16 de mayo de 2011

No serías la primera persona que...


Vale que todos tengamos defectos,unos más y otros menos
¿Pero te imaginas si tuvieras tan solo estos seis que pasaría?
....

Querer tener siempre la razón
Las personas que poseen esta característica siempre tienen miedo a perder en las discusiones con los demás y a veces en medio de su desesperación por ganar y convencer, hasta llegan a argumentar sus puntos de vista con el llanto para así hacerlos más contundentes. 

Por lo general ni siquiera escuchan las razones de las otras personas y las califican de mentiras.

Se sienten solos e incomprendidos por el resto de la gente y sus frases más comunes son, “nadie me cree y nadie me entiende”.

La única forma de convencerlo de que no siempre tienen la razón es mediante la evidencia, y muchas veces a pesar de tenerla enfrente siguen alegando que sí la tienen.


Echarle la culpa a otro
Aquellos que optan por echarle la culpa a los demás de todo lo que pasa, se creen perfectos y piensan que nunca se equivocan con nada.

Por lo general, no son sujetos buenos para realizar trabajos en equipo, pues desconfían de la eficiencia de sus compañeros y piensan que en cualquier momento cometerán errores que les perjudicarán a ellos también.

Por otra parte, siempre creen que se les está acusando de algo, aunque no sea así o aunque ellos sepan que no lo hicieron, ya que por su condición de culpar a los demás sufren de cierto delirio de persecución, y cuando saben que sí son responsables de lo sucedido nunca lo aceptan ante los demás.


Hacerse siempre el mártir
Son aquellas personas que buscan que los demás siempre piensen que están mal y que les tengan lástima y sientan compasión por su situación.

Les gusta sufrir y son masoquistas, para que en realidad les crean y les manifiesten algún tipo de afecto.

Estos seres manipulan a la gente a través del llanto y del pesar y siempre están pensando que el resto del mundo es cruel y que se ensañó contra ellos.

Además de que se proyectan como mártires ante la sociedad, inconscientemente también lo hacen con ellos mismos y por eso la mayoría son hipocondríacos, pues necesitan sentir compasión por ellos todo el tiempo.

Por otra parte, en ocasiones, creen que son inferiores al resto y como supuestamente siempre les pasa algo malo, buscan que los demás les ayuden en todo y a veces llegan al punto de pedirlo por caridad.


 Siempre en tono negativo


Ser intolerantes
Las personas con poca tolerancia se enojan con facilidad y comienzan a sentir que todo el mundo los ofende aunque no sea verdad.

Son muy susceptibles a los comentarios o a las molestias de los demás, aunque se trate de asuntos insignificantes.

Son impacientes.

No soportan el fracaso, las equivocaciones o las fallas naturales de los demás.

Son normativos y todo tiene que salir como ellos quieren, porque de lo contrario de enfadan.

Son muy exigentes y esperan que el resto del mundo gire a su alrededor.

Cuando se molestan pueden ser rebeldes y se niegan a colaborar con los demás.

Tienden a guardar rencores por mucho tiempo y no perdonan fácilmente.


La desconfianza anda por ahí
Estas personas son paranoicas y sienten que cualquier otro puede ser su enemigo, aunque no le conozcan.

Por lo general, consideran que todo el mundo tiene malas intenciones y que les hará daño en algún momento.

Desconfían de lo que comen, de lo que compran y cualquier asunto o persona es susceptible de despertar su sospecha.

A todo lo que ven le buscan la tara para demostrar que en efecto es malo.

Utilizan frases como “la gente nunca es tan buena”, “ya verás lo que pasa” o “yo os los advertí”.
O que cambias.
o te quedaras Sol@.

{O por lo menos sin mi}






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